domingo, 15 de mayo de 2011

LEER EL TEXTO DE ISIDRO CASTILLO

  ACTIVIDAD  3


El plan de reforma presentado por Lucas Alamán aunque fue breve y moderado, habría dividido a la instrucción en cuatro ramas y en cada uno de los colegios existentes se alojaría una de las ramas, se introducirían nuevas materias y se suprimirían las inútiles cátedras de teología.
“La educación de los colegios es más bien monacal que civil”, muchas fiestas religiosas las cuales ocupaban más de 200 días de año del trabajo del alumno. Prolongaban mucho la educación y esto inutilizaba las disposiciones de los jóvenes para las ocupaciones laboriosas y positivas. Se hacía caso omiso de las materias relativas a la sociedad de la época.

La meta educativa de mora era crear al hombre positivo, el modelo utilitarista del individuo industrioso e ilustrado que persigue sus propios intereses y cuya máxima fidelidad, como ciudadano virtuoso, sería el estado civil. El 21 de octubre de 1833 la universidad fue abolida por decreto, los seis establecimientos nuevos se encargarían de una enseñanza diversificada y especializada. La ley estableció las materias que se enseñarían en cada una de ellas y los locales en los que se alojarían; el propio establecimiento de Mora, el segundo Humanidades y estudios ideológicos enseñaría todo lo que contribuya al buen uso y ejercicio de la razón natural o al desarrollo de las facultades mentales del hombre y es conocido en el mundo fisiológico bajo el nombre de ideología. Los otros establecimientos fueron, el primero, el de estudios preparatorios, el cuarto, el de medicina, el quinto, el de leyes y el sexto, el de ciencias eclesiásticas. Las escuelas estaban en malas condiciones. 

La reforma político-jurídica de 1833, solo duro 11 meses de la administración de Don Valentín Gómez Farías. Fue unos de los congresistas que intervinieron activamente en la Constitución de 1824 y en 1833 tuvo lugar una reforma radical legislativa, esta reforma liberal se inspiraba en el pensamiento avanzado y vigoroso del Dr. Mora una de sus ideas era que todos los fracasos de México se debían en gran parte a la incapacidad de los mexicanos para tomar conciencia de la nacionalidad. El primer paso que ha de darse es orientar la educación por los caminos que deben corresponder a una nación que anhela estar a la altura de su tiempo, es preciso para la estabilidad de una reforma que esta sea gradual y caracterizada por revoluciones mentales que se extiendan a la sociedad y modifiquen no solo las opiniones de determinadas personas sino de todos los del pueblo. Lo que se enseñaba en la escuela no forma hombres para servir en el mundo nada de lo que aprendían les servían en la vida practica, se acomodaban en sus respectivos cuerpos para obtener dentro de ellos los privilegios que les ahorren esfuerzos para los que no han sido educados se formaban hombres teóricos incapaces de de enfrentarse a los problemas de la vida. 

El sistema de educación debe de estar en absoluta conformidad con los principios de educación, al decir esto se plantea un problema que habrá de ser debatido en toda la etapa liberal porfiriana y de la revolución mexicana: el control de la educación por el estado de otra manera permitir que la iglesia y las instituciones que le son afines continúen educando a la juventud es permitir la anarquía, las guerras intestinas, la iglesia seguirá formando jóvenes en los principios propios del conservadurismo mientras que el estado liberal formara en los principios liberales. Las reformas de 1833 según el resumen de don Justo Sierra, perseguirían tres fines: destruir los fueron eclesiásticos, hacer entrar los bienes de manos muertas y transformar por medio de la educación el espíritu de generaciones nuevas el programa de la administración de Gómez Farías para mejorar las clases populares suponía que la destrucción del monopolio del clero en la educación. Para 1830 la decadencia de los colegios y de la universidad ya era muy visible en cuanto a los demás colegios se les considero en sus tres aspectos la enseñanza y los métodos y todo se creyó defectuoso en sus bases mismas, en estas condiciones la comisión determino tres principios rectores.
1. Destruir cuanto era inútil o perjudicial a la educación y enseñanza
2. Establecer esta en conformidad con las necesidades determinadas por el nuevo estado social 
3. Difundir entre las masas los medios más precisos e indispensables de aprender.


Malograda la empresa de Gómez Farías quedo aplazada la reforma hasta la generación de Juárez en mayo de 1834 se redacto en la ciudad de Cuernavaca un plan contra las reformas liberales que trajo una vez más a la presidencia de la república a Santa Anna y esto desbarato al gobierno que había creado las nuevas instituciones sino también a estas que estaban vinculadas como estaban a cambios profundos de la estructura social, mientras tanto los nuevos liberales produjeron nuevas y oportunas instituciones, la pobreza era cada vez mayor de la nación y la administración estaba constantemente amenazada con derrumbarse ante la coacción de los grupos económicamente poderosos.

Estos factores, así como la brevedad de este periodo presidencial no permitieron que se impulsara la enseñanza primaria. Ni que se asentaran en ella los principios liberales perfectamente definidos por el Dr. Mora. Los esfuerzos que realizo la compañía Lancasteriana durante 68 años a favor de la escuela primaria. El sistema fue introducido en 1822 y aunque se clausuro en 1890 su influencia perduro hasta los umbrales de nuestro siglo a través de escuela públicas llamadas “Escuelas del Rey” El doctor Francisco Larroyo resume así la obra llevada a cabo por la Benemérita Compañía. Dice: Es la primera institución que se preocupa en México del grave y delicado problemas de la enseñanza popular

A la dirección de enseñanza le correspondía manejar todo los establecimientos docentes y los depósitos de los monumentos de artes, antigüedades e historia nacional, los fondos públicos consignados a la enseñanza y todo lo concerniente al ramo. En el decreto de 23 de octubre. Nos dice que los programas son exclusivamente para los establecimientos públicos y fuera de ellos se declara libre la enseñanza de toda clase de artes y ciencias y determino la organización de estudios técnicos y carreras científicas con propósitos y necesidades muy diferentes a los que motivaron las instituciones teológicas y jurídicas de la colonia. 


El Dr. Mora califico como “Revolución de 1833”. Él fue arquitecto principal de los cambios, formo parte del comité de enseñanza nombrado por Gómez Farías que después se convirtió en la Dirección General de Instrucción. Las reformas fueron revolucionarias por cuanto la universidad y la mayoría de los antiguos colegios del Distrito Federal quedaban abolidas y sustituidas por seis “establecimientos” controlados por el estado, dedicados cada uno de ellos a una rama de la enseñanza, el gobierno nombraría a los profesores y directores.

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